EL VERANO DE 1922.

El verano de 1922 es especialmente difícil, tanto en la Península, donde los sindicatos se desvinculaban de los asuntos africanos, como en Marruecos, especialmente en el Rif, donde se acusan las huellas del Desastre. Las circunstancias políticas impulsadas por el nuevo alto comisario, que ha sustituído a Berenguer han cambiado. Los gritos de guerra han sustituido a señales de pacificación y desarrollo humano de la zona, pero estos son tan frágiles y están tan ausentes de la realidad que allí se vive, que no se van a afianzar. Serán estas circunstancias políticas nuevas en las que el oficial médico Luis Alonso llega a la plaza de Melilla un 12 de julio. Los mese de verano los pasa por los lugares próximo al valle del Kert, una zona que no goza de esa tranquilidad que el nuevo alto comisario se prometía. El 14 de agosto un coronel ha sido muerto en los caminos que no son seguros, por un ataque de los rifeño...