HOSPITAL O CAMPAMENTO.
El día que llegaron a mi correo electrónico los documentos de hacía ya 87 años, que había pedido a un médico y político musulmán, Abdelmalik-el-Barkani, con el había podido contactar a través de Internet, algo en mi interior cambió.
Esos documentos eran parte de la historia de mi padre y de la Psiquiatría militar española. El paso de los años había desvaído su color, y su lectura que me resultaba árida y dificultosa, me resonaba como una música que me hacía vibrar y sentir que algo nuevo estaba naciendo en mí. Sencillamente estaba conociendo a la persona que era el tema y asuntos de esos documentos, redactado en el árido estilo "gendarme" usado para los escritos oficiales.
El asunto se desarrollaba en un cruce de escritos entre el Director del Hospital Militar de Melilla, el Jefe de Sanidad de esa ciudad, que en esos momentos acaparaba la atención de la sociedad española por las campañas bélicas que en su zona sucedían y el Jefe de un Campamento militar que las dirigía.
Esos documentos eran parte de la historia de mi padre y de la Psiquiatría militar española. El paso de los años había desvaído su color, y su lectura que me resultaba árida y dificultosa, me resonaba como una música que me hacía vibrar y sentir que algo nuevo estaba naciendo en mí. Sencillamente estaba conociendo a la persona que era el tema y asuntos de esos documentos, redactado en el árido estilo "gendarme" usado para los escritos oficiales.
El asunto se desarrollaba en un cruce de escritos entre el Director del Hospital Militar de Melilla, el Jefe de Sanidad de esa ciudad, que en esos momentos acaparaba la atención de la sociedad española por las campañas bélicas que en su zona sucedían y el Jefe de un Campamento militar que las dirigía.
La persona que los motivaba y protagonizaba era mi padre. El único médico psiquiatra que en ese momento había en la zona. Una zona cuyos durísimos combates, habían terminado con su triste secuela de muertos, y de heridos que llenaban los hospitales, principalmente el hospital militar Docker que estaba desbordado por los casos más agudos y urgentes, sus quirófanos funcionando día y noche, y la Clínica de Presos y Dementes, de la que era su jefe, más allá de su capacidad. ¿Pero de que se trata en ese cruce de escritos? Sencillamente, que desde el Hospital reclaman al Jefe de la Clínica de Presos y Dementes, que se encuentra ausente del hospital porque ha asistido a los combates que tienen lugar en esta conflictiva zona. En su ausencia la Clínica se ha llenado de falsos y verdaderos enfermos, de presuntos y verdaderos delincuentes que se fingen locos para huir de la Justicia o de los frentes de combate, de los que parecen delincuentes y están enfermos y hay que proporcionarles tratamiento, de los procesados que hay que entregar a la Justicia si están sanos, de los que llegaron con ligeros trastornos latentes y en los que las circunstancias bélicas desencadenaron verdaderos trastornos mentales y también precisan tratamiento.
El Director del Hospital está abrumado por este problema que no tiene medios para resolver, por lo que decide solicitar al Jefe de Sanidad de Melilla, que durante el cese de los combates, este capitán médico sea de nuevo agregado a su puesto de jefe de la Clínica, sin perjuicio de que cuando se reanuden las operaciones militares vuelva a ellas. Para despertar el interés del Jefe de Sanidad, resalta las cualidades del médico con estas palabras: "[...] en las distintas ocasiones en las que se ha encargado por orden de S. E. de la Clínica de Dementes de este Hospital Docker, el capitán médico Luis María Alonso, he podido observar la inmejorables condiciones que como psiquiatra reúne para el tratamiento y observación de los enfermos de tal naturaleza, así como también el interés, celo y laboriosidad en el ejercicio de su cargo como jefe de la citada clínica, toda vez que se ha presentado en la misma a horas extraordinarias del día y de la noche para con ello sorprender a los simuladores en unos casos, y en otros comprobar el curso de la verdadera dolencia". Y continúa el Director del Hospital exponiendo al Jefe de Sanidad, el problema legal que además del clínico, se le plantea.
[...] Como está dispuesto que la observación de los dementes se practique en la localidad en las que se incoan las historias, y existiendo en este territorio un contingente militar numeroso que proporciona constantemente enfermos de enajenación mental, se hace preciso que la observación de tales enfermos se haga por personal competente y especializado, dada asimismo la especialísima patogenia de estas afecciones y el hecho frecuentemente repetido de querer simularlas por individuos incursos en procesos judiciales. Y como este capitán médico ha demostrado su reconocida suficiencia en la especialidad de Neuropsiquiatría me permito someter a la consideración de V .S. siga por tiempo indefinido desempeñando este cargo,por ser el único que se dedica en este territorio a esta especialidad y el más indicado para la observación de estos enfermos no solo por su aptitud facultativa reconocida sino por sus cualidades personales de energía, rectitud y justicia."
Este escrito no fue suficiente para que el teniente coronel del campamento de Ben Tieb, donde las tropas había quedado de guarnición tras los combates, diera permiso para que volviera al Hospital. Al contrario. Expuso sus motivos para no permitir su salida. ¿Quien era en estos momentos este Jefe, que no le dejaba salir?. Era el teniente coronel Franco, que informado de su actuación en la dificilisima situación planteada por un ataque de pánico colectivo en el combate de Tizzi-Assa entre los soldados de reemplazo, que este médico había resuelto, decide que no le conviene prescindir ni temporalmente de él ya que además ha sido propuesto para la Medalla Militar Individual.
¿Cómo resuelve la autoridad sanitaria este conflicto entre la autoridad militar y la sanitaria? La autoridad sanitaria acude a la superior autoridad del Inspector Médico del Ejército en el ministerio de la Guerra ,que ordena su destino al Hospital. En este momento cesa su voluntario destino en la Legión o Tercio de Extranjeros como también se llamó, en el que ha dado lo mejor de sí mismo, y en el que adquirió una experiencia tanto científica como militar que le capacitó para futuras actuaciones. Su vocación a la psiquiatría estaba ya consolidada por sus conocimientos y experiencia. Ha prevalecido el médico, al militar. Luis ante todo es médico. Un médico militar cuyo sustantivo que le define es ese , médico. Militar es su especialidad, es el adjetivo que le califica, es el medio en el que su labor como médico se desenvuelve.
Ahora comprenderéis queridos lectores que seguís este blog, por qué yo me conmocioné al recibir estos escritos que habían reposado durante 87 años en los Archivos de la Legión de Melilla, y que por obra del interés de un médico y político musulmán, Abdelmalik-el-Barkani, que ostentaba el cargo de Consejero de Participación Ciudadana en la Comunidad Autónoma de Melilla y que era además Académico de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Andalucía Oriental, y que se había interesado por mi petición llegaron a mis manos. No creo que supiera medir el alcance y la importancia que para mí tenían esos documentos. Eran parte de la historia de mi padre, y de la Psiquiatría militar española. Iban a ser una de las bases para la construcción de mi obra. El libro LUZ PARA EL OLVIDO.
Cuando esto sucedía yo había entrado ya en la setentena de mi vida. No había conocido a mi padre, que había muerto en circunstancias trágicas, cuando tenía dieciocho meses, y sabía poco de él. Ignoraba su más importante faceta, la de médico psiquiatra, sus inicios en Melilla, y todas las circunstancias que la habían rodeado.
Ahora me quedaba ir descubriendo sus escritos que también me llegarían a través de Internet, y que comentaré en estas páginas. Empezaba para mí un camino por explorar. Me daba cuenta que también empezaba a comprenderme a mí misma.
Internet es algo mágico que conecta a las personas. Una periodista de Antena 3, cuando todavía no se había estrenado la serie Tiempos de guerra, contactó conmigo a través de mi libro y solicitó mi colaboración para la serie a lo que accedí encantada. Se trataba de un Post que intentaba proporcionar un contexto más histórico a la serie. Cuando lo ví proyectado me desilusionó.
Como podéis observar en vez de presentarme como hija de un médico que asistió a los combates, lo hacen como descendiente de un combatiente. Es una tergiversación importante, por la que protesté ante la redacción de este Post.
Enlace a la Serie que se interesó por el protagonista de LUZ PARA EL OLVIDO.
http://www.antena3.com/series/tiempos-de-guerra/el-post/asi-era-luis-maria-alonso-combatiente-en-melilla-e-investigador-de-la-psiquiatria-de-guerra_2017101159df7fe70cf27ece4d3d9f12.html
Así era Luis María Alonso, combatiente en Melilla e investigador de la psiquiatría médica
www.antena3.com
Hablamos con María Luisa Alonso Montalbán, descendiente de Luis María Alonso, combatiente de carácter forzoso y como refuerzo sanitario en 1922. Luis María Alonso llegó al Docker, hospital militar de Melilla. Tras los sucesos de Annual. Alonso propuso un servicio de enfermedades mentales en el seno del ejército . Se centró en la psiquiatría médica y, por ellos, escribía artículos en las revistas médicas como “la prevención de la enfermedad mental en el ejército”.
Enlace al libro LUZ PARA EL OLVIDO.
https://goo.gl/da4zSY https://goo.gl/XfQLx1.
Enlace al libro LUZ PARA EL OLVIDO.
https://goo.gl/da4zSY https://goo.gl/XfQLx1.
Comentarios
Publicar un comentario