LOS PRIMEROS ESCRITOS.

 Paisaje del Rif. Macizo de Tizzi-Assa. 
Este es el rudo y abrupto paisaje del Rif. El imponente macizo de Tizzi-Assa, el "pequeño Verdún" como se llamaron los durísimos combates que aquí tuvieron lugar en los últimos días de mayo y primeros de junio de 1923. 
Esas figuras blancas de forma cónica son las tiendas que alojaban a las tropas españolas que defendían la posición  de los ataques de  los rifeños. No es mi intención describir, al menos por ahora, estos combates, ni tampoco por qué circunstancias políticas se originaron y desarrollaron. Mi intención es resaltar la figura de un joven oficial médico que asiste a ellos en la primera línea de fuego de manera voluntaria para estudiar la conducta humana en circunstancias bélicas de extrema dureza. Y por supuesto para atender y  auxiliar a los heridos. 
Ha llegado hace un mes destinado a Melilla, como refuerzo sanitario a la gravísima situación sanitaria creada en la ciudad y en la zona, por el elevadísimo número de muertos y heridos que lo que se llamó Desastre de Anual,ha producido, en el que han muerto también muchos de los médicos. Ha sido destinado como Jefe de la Clínica en el Hospital Docker de la ciudad de lo que entonces se llamaba presos y dementes, y también de la 5ª Clínica, de la que nunca he podido averiguar, cual era su especialidad  pero los indicios me hacen suponer con bastante fundamento que era Cirugía.Este oficial médico, Luis María Alonso tiene una gran vocación por la Psiquiatría que entonces se inicia en España. En el Hospital es testigo de los traumatismos físicos y de los mentales. Hemos visto en el post anterior que ha decidido acudir a a ellos voluntariamente. No ha vivido la tragedia de Anual, pero ha hablado mucho con sus colegas supervivientes  que le han descrito cómo muchas de las cobardías y falta de espíritu en los mandos se debían a una ausencia de cualidades para enfrentarse a sus responsabilidades  en los momentos difíciles. Al asistir a los más duros que tuvieron lugar en esta zona, adquiere  una gran experiencia. Ya no se limita a lo que ve en el Hospital, ni a lo que sus colegas le han contado. Ahora él lo ha vivido. 
Además de la experiencia, ha adquirido un prestigio. Sus jefes le han propuesto para una condecoración muy importante. La Medalla Militar Individual. Va a ser el primer médico de la Sanidad militar en obtenerla. Se encuentra ya en condiciones de pasar de la acción,de la práctica, a la teoría. Ahora quiere plasmar su experiencia, quiere enseñar a otros  lo que él ha vivido. 
Ha visto morir al Jefe de la Legión como un valiente, pero ha visto que no basta ser valiente, porque además de no conseguir los objetivos de este combate, otros muchos han muerto con él. Después ha visto otro jefe, valiente también, pero con una valentía muy calculada, meditada, muy serena. Y como médico ha hecho su informe. Las bajas habidas con este jefe han bajado en un 90% y no ha muerto, pero tampoco han muerto sus hombres.  Ha visto también cómo muchos de esos bravos legionarios voluntarios, muchas veces arriesgan su vida inútilmente, porque les falta formación y a veces también capacidad. 
Entonces este oficial médico se decide a plasmar su experiencia y empieza a publicar sus primeros artículos en  la Revista profesional de Sanidad Militar. Algunos los va a enviar  a la primera Asamblea que celebre la Liga de Higiene Mental, un movimiento científico del que hablaré más adelante. En estos escritos ya está en condiciones de hacer propuestas y preconiza "la implantación de un servicio de Profilaxia Mental que bien orientado permita descubrir a los predispuestos psiconeuróticos y en general a aquellos que no estén capacitados para llevar los resortes del mando, base de la eficiencia de un Ejército". Pese a su juventud, se siente capacitado para orientar, aconsejar. Se ha dado cuenta de muchas cosas, principalmente de que la vida de los que  obedecen en los combates depende de las cualidades de los que mandan. Y por esto escribe.
"En las pruebas de selección de los oficiales hay que dar un valor de primer orden, al lado de la instrucción y de la inteligencia  a las pruebas de valor, y de carácter. La profilaxia mental de la oficialidad será en un mañana no muy lejano la garantía de lo que puede esperarse de nuestras masas bélicas. Nadie discute que los combates son a la postre luchas morales, y que la masa y el material no son los que dan las victorias. La fuerza moral, la voluntad de vencer, aumenta notablemente el empleo y eficacia de los medios materiales. Y si esa fuerza moral no la tienen en alto los que mandan no la pueden infundir en los que han de obedecer"
Esto lo decía en 1923 un joven médico de 27 años. Pero él además de lo que había visto, sabía lo que había sucedido dos años antes en 1921, cuando las tropas abandonadas por muchos de sus mandos iniciaron la retirada de la posición de Anual, de  la que relata el Expediente Picasso. "Tal es el cuadro de esa retirada en que la columna va  dejando el rastro su material y armamento abandonados, cediendo más al pánico y desmoralización que a la intensidad de la agresión". Otro jefe declararía en este informe. "El desparramamiento y pérdida de gente fue más por cansancio y decaimiento moral que por efecto de las balas".
Por eso aquí dos años más tarde habla el médico psiquiatra. "No es preciso más que haber asistido a algunos combates para comprobar que las unidades revelan muy distinta eficiencia según quienes las dirijan en los trances guerreros." Evidentemente en la mente de este joven médico estaban presentes muchas de las causas provocadoras de la reciente tragedia en la que perdieron la vida más de diez mil españoles. 




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