LAS HURDES. MARAÑÓN. ALFONSO XIII..
Retrocedamos dos años en el tiempo respecto a la publicación anterior. Estamos en junio de 1922 reinando Alfonso XIII. No hace todavía un año, había ocurrido la terrible tragedia de Anual, a partir de la que nada será ya igual. Esta tragedia marcará la vida de la nación Era preciso volver a empezar en medio de enormes dificultades. No solo se había perdido todo. Es que todo lo que había está ahora en manos de un enemigo mucho más poderoso, bien armado y con una altísima moral de victoria.
El acontecimiento provoca la caída del Gobierno, y el Rey inicia consultas con todos los representantes políticos que ante la gravedad del momento le ofrecen su colaboración. España entera vivirá pensando en África y su espíritu acompañará a las tropas que embarquen en sus puertos, rumbo a un mundo desconocido, muy inquietante y siempre lleno de penalidades, sufrimientos y terribles carencias. En pocos días la pequeña ciudad de Melilla tiene que acoger sin medios a 47. 071 hombres. España está de luto, dolorida, insegura. ¿Volverán algún día esos jóvenes que marchan no se sabe bien a que destino?
En enero un general al que llaman Picasso ha vuelto de allí con miles de páginas en las que parece explicar lo que ha pasado, pero nadie llega a saber a qué se ha debido ni quien es el responsable. Los periódicos por su parte empiezan a cuestionarse la cuestión marroquí y en el seno del Gobierno hay divergencias sobre el modo de abordar este problema, en el que el tema económico no es un asunto menor. El Sr. Maura, presidente del nuevo Gobierno había concedido créditos antes de las Cortes, por Reales Decretos, lo que había agravado el déficit.
Así vá pasando este año en el que se suceden manifestaciones en contra de nuestra presencia en Marruecos, y en el Rif continúan las campañas para la recuperación de los territorios perdidos y también un hecho desconocido. Un gran médico español, el Dr. Marañón ha hecho un estudio socio-sanitario de una zona española muy deprimida. Se llama las Hurdes y está situada al norte de la provincia de Cáceres, limitando con Salamanca. Es un terreno montañoso de clima mediterráneo con influencia del Atlántico., sobre el que ya existe una leyenda negra que empezó a finales del siglo XVI, con la obra de Lope de Vega "Las Batuecas del Duque de Alba". En esta obra los batuecos son los hurdanos. De esa leyenda hablará Feijoó en el siglo XIX, hasta que ya en el siglo XX, la leyenda cobra importancia con los relatos de Unamuno, Marañón y Buñuel.
Pero lo que va a dar resonancia a la comarca será el viaje que hizo Alfonso XIII en junio de 1922, y cuyo artífice fue el Dr. Marañón. El Monarca llegó a caballo, y quedó sobrecogido ante la situación de miseria y abandono de sus habitantes, tanto que le dijo al ilustre galeno, que le acompañaba. ¿Cómo se puede arreglar esto? A lo que el gran médico humanista respondió. Con carreteras Majestad. Efectivamente la miseria, abandono y olvido de esta comarca, venía de su aislamiento.
En 1933 se rueda la película documental "Las Hurdes Tierra sin pan" dirigida por Buñuel. La situación parece que no había mejorado mucho.
¿Qué patologías eran comunes en la Hurdes y que el Dr. Marañón había estudiado? El tifus por la contaminación de las aguas, el paludismo, el cretinismo y otras debidas a la malnutrición. Eran las mismas que más tarde los médicos militares destinados en Marruecos, observarán en el territorio de nuestro Protectorado.
Las Hurdes una región abandonada que vivía como en la Edad Media. Si parte de los ingentes recursos que se empleaban en Marruecos se hubieran empleado en ella, hubiera podido superar su subdesarrollo, pero la época, las circunstancias históricas, los errores evitables imponían otras prioridades. Antes del Desastre el gasto del Protectorado oscilaba en cien millones de pesetas cuya parte principal era para gasto militar (suma que un país con más de 4.000 pueblos faltos de carreteras podía soportar mal) a partir del colapso de la Comandancia General de Melilla aumentó enormemente tanto que ascendió a 2.781.000 pesetas, gasto que solo una guerra de defensa podía justificar, y la guerra de Marruecos no entra en esa categoría. Como consecuencia del fracaso del general Silvestre, la prolongación de la campaña se presentaba claramente como una calamidad nacional. La campaña a la que se refiere es la que tuvo lugar en este año, para recuperar los territorios perdidos tras el Desastre.
Así se veía en la prensa británica la cuestión marroquí en España. ¿Se recuperará y superará España esta durísima situación? Seguid estas publicaciones o leed el libro LUZ PARA EL OLVIDO.
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D. Gregorio Marañón. |
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