EL PADRE LERCHUNDI Y EL DOCTOR OVILO. LOS INICIOS DE NUESTRA PRESENCIA EN ÁFRICA.









Lo que queda del Hospital Español.

Desde que escribí LUZ PARA EL OLVIDO, tengo presente la importancia de conocer los hechos desde sus cimientos, porque me dí cuenta que no es posible entenderlos si no se conocen sus antecedentes. Por este motivo, y teniendo en cuenta el interés que  despiertan los temas de nuestra presencia en África, he pensado en dedicar una entrada de este blog, a sus inicios próximos, es decir a los que se produjeron a mediados y finales del siglo XIX, sin remontarme a los más remotos allá por el siglo XV, o a  los tiempos de Alfonso X el Sabio, cuando se pensaba en liberar las costas del Mediterráneo de piratas.
Pués bien si nos situamos al final de lo que se llamó la Guerra Romántica, en 1860 y en los principios del XX, en España estamos ante el surgimiento de un movimiento que se llamó de africanismo, que abogaba por  la penetracion pacífica del territorio basada en intercambios comerciales, que se potenciaron a partir de 1909 y del final de la I Guerra Mundial, y que coincidió con la Conferencia de Berlín, que sentó las bases legales para la ocupación de los territorios de África, y en la que las grandes beneficiadas fueron Francia e  Inglaterra. España ocupada en las guerras carlistas, en las que agotaba sus recursos, no supo aprovechar  lo que había conseguido en la guerra de 1860.  Por la cortedad de miras de los políticos de entonces, fue la gran ausente de este reparto y  se limitó a conservar lo que tenía, sin querer penetrar en el interior de África.   Las figuras políticas españolas  más destacadas que participaron de este movimiento,  fueron Joaquín Costa y Lerroux. 
Estos resumidos y breves antecedentes históricos nos conducen a los hechos  que  sucederán  en Marruecos hasta 1927. 
 En estos momentos el protagonista de la política africana será un fraile  humilde y  desconocido, pero cuya obra es la de un gigante. Es el franciscano Padre Lerchundi, con dotes y habilidades de gran diplomático y gran arabista que supo atraerse la amistad y respeto del sultán, y también el aprecio y consideración del entonces ministro de Estado Sr. Moret, político que quiso realizar una obra en Marruecos y con el que mantuvo correspondencia, en la que toca con claridad de juicio las claves de una política fraternal con el imperio marroquí.
Su ingente obra es sanitaria y cultural. En cuanto a la sanitaria las más importantes fueron la creación en Tánger de una Escuela de Medicina que fundó con la colaboración y apoyo del Dr. Óvilo, que fue un gran impulsor de la Sanidad y  el Hospital Español, tanto para españoles, como para marroquíes. Además de estas iniciativas sanitarias, cuya amplitud  nos ocuparían páginas de este blog, se ocupó de la cultura, instalando en esta ciudad la primera imprenta hispano-árabe. Llegó a dominar el árabe, lo que se muestra por su publicación Rudimentos sobre el árabe vulgar, en el que generaciones se iniciaron en el estudio de esta lengua. Su figura es de las más conocidas entre los africanistas del pasado siglo. Así,  como apunta un historiador, España entró en África como lo hizo en América de la mano de la Iglesia, al contrario de lo que hicieron otros países, en los que los misioneros lo hacían una vez que el Ejército estaba asentado.Como misionero y evangelizador fue un adelantado por su respeto a todos los credos y a la inculturación siendo su manera de evangelizar la propia del carisma franciscano, la fraternidad universal y la vuelta a la sencillez del Evangelio. 
Años después veremos de nuevo a los franciscanos declarando ante el general Picasso en la investigación por los sucesos de Anual, a favor de la verdad en apoyo del pueblo rifeño. Pero para esto queda mucha historia por descubrir, y te invito a que lo hagas con la lectura de LUZ PARA EL OLVIDO.https://goo.gl/8FVCdf

Padre Lerchundi.

Comentarios

Entradas populares de este blog

CONFLICTO. MEDICO O MILITAR.

EL ASTUTO Y PRECAVIDO. EL FIEL A SU PALABRA. FRANCO Y PAREJA.. LAS CARRERAS MAS BRILLANTES.

LA LIGA DE HIGIENE MENTAL